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Mostrando entradas de febrero, 2021
Barro en los ojos Volví a pensar en él antes de que pudiera darme cuenta, ella debió haber notado algo en mi mirada ya que preguntó medio alarmada - ¿Qué pasó? Todavía con lo mismo ¿Es por él? - no pude responder, y las lágrimas llegaron a mis ojos. - Noo, no vale la pena. Ay, pensé que ya eso era pasado - dijo, alargando el brazo para consolarme. - No es por eso. Nadie lo entiende. – contesté al mismo tiempo que contraía y alejaba mi cuerpo de su alcance. ¿Cómo podía explicar el miedo que le tenía a cualquier roce? ¿Cómo explicar todas las pérdidas que llegaron con él? ¿Cómo iba a ser pasado que alguien osara a robar mi virtud? ¿Cómo podía dejarlo atrás si cada vez que trataba de empujarlo fuera, mis manos atravesaban en el aire su imagen? ¿Cómo iba a ser capaz de decir en voz alta que nunca estuve dispuesta, que me detuve por una salida, que quería desaparecer para el resto de los hombres y esconderme entre los árboles? - Entonces explícame - soltó ella. - Ya es tarde. Ya todo el mun
Un Agosto puede parecer corto si no viene cargado de penas. Pero mi  Agosto vino acunando un entero cataclismo. En Agosto puedes recibir  golpe tras golpe, puedes orar y deshojar la fe dos horas después,  puedes ver como un ave se te va de las manos, puede ser la última vez  que veas a un amigo, puede cobrar más sentido aquella frase del libro  que leíste donde alguien menta la muerte el día del nacimiento, puede  una noticia asustarte y encerrar una completa colección de  hecatombes… es que hay Agostos que parecen tan eternos cuando se  van y nos dejan tantas desdichas.  Sé que ya hace meses dejó de ser Agosto , pero es que a veces, en las noches sigue atrasado mi calendario.
Yo sabía que no estaba totalmente dormida, pero de alguna manera no  encontraba la fuerza que me ayudara a despabilarme por completo,  entonces ahí estabas: en mi sueño, fuiste un ave, ya querías cambiar  de sitio, la jaula de la tristeza era muy pequeña, no cabías en ella,  entonces pasaste a una más grande donde eras más libre y sin  necesitar otro sitio porque justo donde estabas era tu propia tierra  santa, te aferraste a esa casa y cerraste los ojos: eras un ave.  Y yo no  entendía, te juro que no entendía, hasta que escuché desde fuera de la  conciencia cómo mi mamá decía “Parece que se murió” y ya no era un  sueño, porque tú eras el ave, el que cambió de hogar cuando te dejé ir  de mis manos. Ahora me pregunto si la muerte sabe de azar, de  apellidos, de calendario… o si hay que enseñarle que con un solo tiro al  blanco, ya puede derrotarnos. Dios! Faltaban menos de 4 días para  verte, y ahora debo esperar a la eternidad.  Faltaban 4 días.  Faltaban  cuatro, y solo pasó uno, sol
Hace años, me acuerdo; buscaba tu letra, tu tinta, tu imposición. Pero  el acto final estaba encima, ya no nos quedaba tiempo, no pude ver tus  manos levantándose sobre mi cabeza y no pude regalarte la sonrisa  que imaginaba. Fue hace años, me acuerdo. Y esta vez de muy mala  gana se me repite la historia, llegué muy tarde a la voluntad de Dios,  mi fe derramada no bastó para hacer una variable en su plan, era  definitivamente otro acto final, y de nuevo, apenas un par de horas  después, sin agujas para la anestesia, se acabó y me hirió el tiempo. A mi tío Domingo "Dominguito", que ya descansa en Dios.